UC - Críticas
| Países: Francia y USA. Año: 2012. Duración: 89 min. Género: Terror.
Dirección: Franck Khalfoun. Guion: Alexandre Aja, Grégory Levasseur y William Lustig. Producción: Alexandre Aja, Grégory Levasseur y William Lustig. Fotografía: Maxime Alexandre. Vestuario: Mairi Chisholm. Distribuidora: La Aventura Audiovisual.
Estreno en España: 16 Mayo 2014. Calificación por edades: No recomendada para menores de 16 años. |
Interpretación: Elijah Wood, America Olivo, Nora Arnezeder, Liane Balaban, Sal Landi, Morgane Slemp. |
EN LOS OJOS DEL ASESINO
Obcecado en dejar atrás su imagen de hobbit, Elijah Word se embarcó en una lista de films independientes, algunos más oscuros, y alejados todos del blockbuster. De todos ellos quizá el más insólito y arriesgado era este remake del clásico undeground de 1980 ‘Maniac’ (William Lustig) y que, además de estar apadrinado por el rey del neoremake de terror Alexandre Aja, ofrecía la jugosa novedad de ofrecer un constante plano subjetivo durante toda la película.
SINOPSIS: Frank es un joven restaurador de maniquíes con un grave problema sicótico que le empuja a asesinar a mujeres, cortarlas la cabellera y adornar con ellas sus preciadas esculturas. La aparición en su vida de una fotógrafa le obligará a luchar contra sus demonios interiores.
La puesta al día de un slasher desconocido para el gran público, manteniendo además su estética underground y su aroma a serie B, no eran desde luego las mejores cartas para ganar la partida a la película original que, aunque mala de narices, contenía una narrativa hipnotizadora y un par de idas de olla dignas estudio. Su remake ha tenido el acierto de mantener esa atmósfera de presión sin caer en la trama de la explicación fácil, dejando al maníaco Elijah Wood desplegar los comedidos excesos de un personaje premeditadamente agujereado.
El as en la manga era ese anunciado plano subjetivo del que se vanagloriaba una película que nunca pretendió liderar la taquilla, sino ganarse un merecido hueco en las listas de títulos de culto. Sin embargo, la imposibilidad de mantener este peligroso recurso de manera lógica hace que la película se desarme en los escasos momentos en que lo abandona, evidenciando el castillo de naipes que se había montado desde el principio y que, conforme se acerca a su desenlace, pierde la épica y el fuelle que emanaba a raudales la película original.
